domingo, 31 de mayo de 2009

Free Tibet, Libertad para Tibet


En nombre de la denominada "Liberación Pacífica del Tíbet", la República Popular de China llevó a cabo hasta 1990, un genocidio de un millón doscientos mil tibetanos, casi el 20% de la población tibetana. De los 6.254 monasterios, apenas catorce fueron conservados, otros cuatro se transformaron en presidios. Monjas y monjes fueron obligados a tener relaciones sexuales en público. Miles de tibetanos fueron enviados a campos de trabajo forzoso. Locales sagrados fueron convertidos en establos y almacenes de grano. Rocas inscritas con mantras sagrados fueron utilizados para la construcción de urinarios públicos. Bibliotecas con manuscritos centenarios fueron incendiados. Muchos eremitas fueron torturados, insultados y ridiculizados públicamente.

Actualmente 16 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos están siendo violados en la eufemísticamente llamada "Región Autónoma del Tíbet". Los soldados están por todas partes. Los tibetanos son discriminados en todos los aspectos y no poseen las libertades fundamentales. Quien se manifiesta contra la dictadura comunista es duramente castigado. Quien posee una foto de SS. SS. el Dalai Lama, una bandera tibetana o cualquier material pro Tíbet es encarcelado de forma inmediata. El simple hecho de hablar con un extranjero puede ser motivo de encarcelación.

El gobierno chino ha encontrado la "solución final" para el Tíbet: La transferencia de chinos a la región o la deportación de tibetanos a otras regiones de China (donde son discriminados y marginados), así como abortos o esterilizaciones dirigidas a mujeres tibetanas. Los impuestos chinos arruinan a las familias tibetanas pobres o nómadas y dejan escasos medios de supervivencia al resto. Los pequeños negocios, hoteles, cines, restaurantes, etc., están en manos chinas. Los rótulos de todos los establecimientos están escritos en grandes caracteres chinos y debajo, en grafía mucho menor en tibetano. La lengua oficial es el chino. Los chinos mandan a los niños tibetanos a otras regiones de China, donde son educados a los "modos chinos".

Áreas tibetanas como Lhassa están siendo demolidas y sustituidas por edificaciones menores y más reducidas, siendo el espacio ganado empleado en actividades y/o usos chinos. El área al pié del Palacio del Pótala ha sido completamente arrasada, creándose un nuevo espacio abierto semejante a la Plaza de la Paz Celestial de Pekín.

En la región no existen medios de comunicación independientes. La televisión es algo extremadamente limitado y rígidamente controlado por las autoridades de la RPC. Los periodistas extranjeros no son bien recibidos y normalmente son expulsados. Solamente La Voz de América y Radio Asia Libre transmiten informaciones de forma realista al Tíbet.

Algunas de las prácticas comunes llevadas a cabo por las autoridades chinas son:

· Violación del derecho a la libertad de religión.

· Violación del derecho a la libertad de expresión y opinión.

· Existencia de presos por causas políticas.

· Existencia de campos de trabajo forzoso para presos comunes y políticos.

· Arrestos indiscriminados y encarcelamiento sin juicio previo.

· Torturas sistemáticas a los presos.

· Discriminación racial y lingüística.

· Transferencias forzosas de población tanto de tibetanos al resto de China, como de chinos al Tíbet.

· Casos de privación de la educación a niños tibetanos, con expulsión de los mismos de los colegios, o bien el que sean educados fuera del Tíbet a "los modos chinos"

· Control de natalidad o esterilización de mujeres tibetanas.

Actualmente hay cerca de 1.100 prisioneros políticos en el Tíbet, incluyendo al Panchen Lama. Según Amnistía Internacional, muchos de esos prisioneros políticos (incluyendo decenas de prisioneros de conciencia), fueron encarcelados sin acusación o juicio previo. Esta práctica obedece al denominado por los chinos Xian pan hou shen (primero el veredicto, luego el juicio). Relatos contrastados indican que los presos han sido sistemáticamente interrogados, torturados y maltratados. Los métodos más utilizados por los chinos incluyen:

· Aislamiento de los presos en celdas aisladas y sin comunicación con el resto de presos.

· Descargas eléctricas en los genitales, en la boca o en la planta de los pies.

· Quemaduras con tizones de hierro al rojo vivo.

· Pinchazos en cualquier parte del cuerpo.

· Quemaduras con agua caliente.

· Palizas constantes incluyendo palos y hierros.

· Uso de cuerdas, cadenas o correas para mantener a los prisioneros cabeza abajo o en cualquier posición dolorosa.

· Exposición prolongada a temperaturas extremas.

· Privación de comida, agua, sueño e incluso luz.

· Amenaza y consumación de violencia sexual.

· Privación de cualquier atención sanitaria o médica.

La cultura tibetana está ahora mejor preservada "fuera" que "dentro" del Tíbet. Según un informe de la Comisión Internacional de Juristas, en el interior del Tíbet los chinos han llevado a cabo un genocidio cultural y humano en masa.

Es vergonzoso que China, después de la violación sistemática de los derechos humanos dentro y fuera de sus fronteras, cada vez tenga más poder en el terreno político internacional, siendo parte del G-20 por ejemplo. Aún más vergonzoso que la mayor parte de los países, muchos de ellos defensores de boquilla de los derechos humanos, miren hacia otro lado cuando el pueblo tibetano está siendo víctima de un genocidio que dura ya más de medio siglo.

Supongo que la economía de mercado y el capitalismo tienen mucho que decir al respecto ya que a ningún país actualmente le interesa perder a un potencial de clientes de mil millones de criaturas como ocurre con China.

Como siempre la avaricia, el poder corrompen, y como siempre hay muchas manos manchadas con la sangre de personas, millones de tibetanos víctimas inocentes en el juego del reparto de una gran tarta.

Exijamos a nuestros gobiernos que se ponga fin a este genocidio vil y brutal.

FREE TIBET