viernes, 25 de septiembre de 2009

¿El principio del fin?

"¿Como se puede comprar o vender el firmamento, ni aun el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida.
Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos?
Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto, es sagrado a la memoria y el pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas.
Los muertos del hombre blanco olvidan su país de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas, en cambio nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de la tierra y asimismo ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran águila; estos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.
.
Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, nos está pidiendo demasiado. También el Gran Jefe nos dice que nos reservará un lugar en el que podemos vivir confortablemente entre nosotros. Él se convertirá en nuestro padre, y nosotros en sus hijos. Por ello consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Ello no es fácil, ya que esta tierra es sagrada para nosotros.
El agua cristalina que corre por los ríos y arroyuelos no es solamente agua, sino que también representa la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos tierras, deben recordar que es sagrada, y a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada y que cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.
.
Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y También los suyos, y por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.
.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. Él no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra a sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres, como el patrimonio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorará la tierra dejando atrás sólo un desierto. No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena la vista del piel roja. Pero quizás sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada.
.
No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar cómo se abren las hojas de los árboles en primavera o cómo aletean los insectos.Pero quizá también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido parece insultar nuestros oídos. Y, después de todo, ¿Para qué sirve la vida, si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos. El aire tiene un valor inestimable para el piel roja, ya que todos los seres comparten un mismo aliento - la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Pero si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire no es inestimable, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida, también recibe sus últimos suspiros. Y si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben conservarlas como cosa aparte y sagrada, como un lugar donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas. Por ello consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré una condición: El hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.
.
Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo cómo una máquina humeante puede importar más que el búfalo al que nosotros matamos sólo para sobrevivir.
.
¿Qué sería del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre También moriría de una gran soledad espiritual; porque lo que le sucede a los animales también le sucederá al hombre. Todo va enlazado.
.
Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros semejantes, a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos.
Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos. Todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado.
Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, queda exento del destino común.
Después de todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizá el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que Él les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así, Él es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para El y si se daña se provocaría la ira del creador. También los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás tribus. Contaminan sus lechos y una noche parecerán ahogados en sus propios residuos. Pero ustedes caminarán hacia su destrucción, rodeados de gloria, inspirados por la fuerza de Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por qué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres, y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes ¿Dónde está el matorral? Destruido. ¿Dónde esta el águila? Desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia."

Jefe Indio Noah Sealth.1854




viernes, 18 de septiembre de 2009

El drama de la inmigración

Hace unos días descubrí de casualidad un interesante reportaje sobre la historia de unos 50 hombres de la India que llevan 2 años esperando en Ceuta a que España les diga si les deja pasar a la península o los deporta a su país de origen. Han estado en el centro de internamiento para extranjeros varios meses. Para quien no lo sepa estos centros son cárceles donde recluyen a las personas que no están legales en nuestro país, con el único delito de no tener papeles. Centros que están en unas condiciones lamentables, donde los internos están hacinados y en muchos casos reciben un trato inhumano, véase el caso del CIE de Málaga donde algunos policías obligaban a algunas internas a tener relaciones sexuales, entre muchos otros incidentes.
Las historias personales de cada uno de ellos no salen casi reflejadas pero la mayoría tienen un patrón común y es el de escapar de la pobreza para dar a sus familias y a ellos mismos un futuro mejor, un futuro que no tienen en esos sitios de donde vienen. Explican como tras un camino infernal donde tuvieron que beber orina, comer casi tierra, y ver atrocidades varias pudieron llegar a Ceuta.
Cuando hay personas que no entienden la inmigración, que no les gusta o no la quieren yo me pregunto si se han planteado alguna vez en qué condiciones esas personas hacen esos viajes, a veces de muerte y sin retorno, y sobre todo por qué lo hacen. Nadie quiere estar lejos de su tierra y de los suyos por obligación, porque no te queda más remedio. Las historias de los desahuciados del mundo es siempre un camino no feliz, donde las tragedias abundan y donde el dolor y sufrimiento es la parte más común de estos viajes y todo su proceso.
Aún recuerdo cuando me contaban la experiencia de un chico nigeriano en su camino hasta Málaga. Partió de su pueblo con casi lo puesto y varios amigos, tras varios meses de viaje en unas condiciones lamentables llegaron al desierto donde fueron asaltados y algunos de ellos asesinados.Este chico salvó la vida haciéndose el muerto debajo de un amigo suyo que sí lo estaba. Para luego terminar de arriesgar su vida metiéndose en una patera que lo dejó en las costas andaluzas. Meses de trabajo sin parar para poder pagar su plaza en la embarcación. Son viajes que desde sus pueblos hasta su destino con suerte duran meses, pero lo normal es que duren incluso un año o dos.
Son personas que huyen de la pobreza, de la guerra, de la corrupción, de la persecución, del cambio climático que deja sus tierras sin nada que cultivar o comer, cambio climático provocado por los países "ricos". Son los hijos e hijas de las "ex"-colonias europeas, estadounidenses y demás países que con el ansia de más, acumular más y sobre todo ganar más hicieron y deshicieron sin importarles el precio. Recursos naturales esquilmados, personas esclavizadas, nada importa si la recompensa es el dinero y el poder a toda costa.
Todo el mundo tiene derecho a ser feliz, a buscar la felicidad para sí y para los suyos. Y no es nada justo que medio mundo viva con unas comodidades extraordinarias gracias a la miseria de la otra mitad del mundo, porque aunque no lo sepamos, no lo queramos saber y cambiemos de tema, nuestro bienestar es a costa de mucho sufrimiento, muerte e injusticia para con muchísimas personas.
Yo no quiero eso, no quiero ese mundo. Y sobre todo no quiero que si esas personas vienen a el que dícese es mi país, eso de las nacionalidades cada vez lo entiendo menos, se les nieguen los derechos básicos fundamentales como es la sanidad y la educación, como parece que va a suceder con la nueva reforma de la ley de extranjería en la que si una persona está de forma "ilegal" no tendrá cobertura social. ¿Acaso queremos ver el drama que se ve en países como Estados Unidos, donde si una persona no tiene papeles o dinero se le deja morir o sufrir de dolor a las puertas de los centros de salud y hospitales?
Creo recordar que Indira Gandhi dijo hace décadas que la tercera guerra mundial estaba muy cerca y que no sería de unos países contra otros, vendría de la sublevación de los más pobres hacia los más ricos.
Del reclamo de los más pobres de lo que es suyo, que no es más que las mismas oportunidades, los mismos derechos, de tener la oportunidad del bienestar y la felicidad. Porque básicamente todo el mundo persigue lo mismo en esta vida y todo el mundo debería tener la misma oportunidad de conseguirlo.