viernes, 29 de mayo de 2009

La crisis y los derechos humanos

En el día de ayer Amnistía Internacional presentó el Informe 2009 sobre los derechos humanos en el mundo.
En dicho informe se expone muy claramente y con datos objetivos cómo la situación de derechos humanos en el mundo no sólo no mejora si no que empeora con la crisis de fondo. Dicha organización nos recuerda que tras cifras económicas y quiebras de compañías hay tragedias humanas, pero sobre todo pone atención en que son aquellos gobiernos que forman parte del G-20 los que más vulneran los derechos humanos.
A modo de resumen pongo lo que dice Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional, sobre dicho informe. Además de un vídeo explicativo y el enlace al resumen de dicho informe.

"Bajo la crisis económica hay una explosiva crisis de derechos humanos. La recesión económica ha agravado los abusos, ha hecho que se desvíe la atención de ellos y ha creado nuevos problemas. Los derechos humanos se pisotearon en nombre de la seguridad y ahora se relegan al último puesto en nombre de la recuperación económica.

El mundo necesita un New Deal (Nuevo Trato) mundial sobre derechos humanos. No necesita promesas sobre el papel, sino compromisos y medidas concretas de los gobiernos para desactivar esta bomba de derechos humanos. Los líderes mundiales deben invertir en los derechos humanos con tanta determinación como lo hacen en la economía.

Miles de millones de personas sufren inseguridad, injusticia e indignidad. La crisis consiste en escasez de comida, empleo, agua no contaminada, tierra y vivienda, pero también en privación, discriminación y aumento de la desigualdad, la xenofobia y el racismo, la violencia y la represión en todo el mundo.

* A pesar del crecimiento económico de países como Brasil, México e India, a las comunidades indígenas y otros grupos marginados se les han negado derechos básicos para vivir una vida digna.

* Cientos de miles de personas de barrios marginales y comunidades urbanas se han visto forzadas al desarraigo en nombre del desarrollo económico.

* El hambre y las enfermedades han aumentado debido a la drástica subida de los precios de los alimentos, y los gobiernos –en particular los de Myanmar, Corea del Norte y Zimbabue– han utilizado la comida como arma política.

* Ha continuado la discriminación y la violencia contra las mujeres.

* En respuesta a las presiones migratorias, los países de acogida y de tránsito han adoptado medidas aún más restrictivas para mantener a los migrantes fuera de sus fronteras. La UE ha llevado la iniciativa en esta actitud, en connivencia con gobiernos como los de Mauritania, Marruecos y Libia.


Hay señales crecientes de agitación social y violencia política y existe el riesgo de que la recesión genere más represión, señalando la dureza de las reacciones de los gobiernos a las protestas contra las condiciones económicas, sociales y políticas en países como Túnez, Egipto, Camerún y otros países de África. La policía y las fuerzas de seguridad gozaron de una impunidad generalizada.

China y Rusia son la prueba de que un mercado abierto no conduce a una sociedad abierta. Durante el año, activistas en favor de los derechos humanos, periodistas, profesionales de la abogacía y otros miembros influyentes de la sociedad civil fueron víctimas de amenazas, ataques, hostigamientos y homicidios que quedaron impunes en todas las regiones del mundo.

Los dirigentes mundiales se están centrando en intentar reactivar la economía mundial e ignoran los conflictos sangrientos que generan abusos masivos contra los derechos humanos.

Desde Gaza a Darfur y desde el este de la República Democrática del Congo al norte de Sri Lanka, el precio en vidas humanas que se han cobrado los conflictos ha sido tremendo, y la tibia respuesta de la comunidad internacional, vergonzosa. Se está dedicando una enorme cantidad de recursos a luchar contra la piratería en la costa de Somalia, pero no a detener el flujo de armas que matan a la población civil de ese país. Se intensifican las operaciones militares en Afganistán y Pakistán, pero se minimizan las consecuencias de los conflictos en el plano humanitario y de derechos humanos.

Ignorar una crisis para concentrarse en otra es la receta perfecta para agravar las dos. La recuperación económica no será ni sostenible ni equitativa si los gobiernos no resuelven los abusos que generan y agravan la pobreza, o los conflictos armados que generan nuevas violaciones.

El nuevo liderazgo del G-20 sufre el desprestigio de enfoques anticuados y fallidos de los derechos humanos. Los abusos, las palabras vacías, la promoción de los derechos humanos en el extranjero ignorándolos en el propio país, la protección a los aliados para que no tengan que rendir cuentas no son factores que generen precisamente confianza en el liderazgo colectivo del Grupo de los 20 en el ámbito de los derechos humanos.

Amnistía Internacional ha advertido que un “Nuevo Trato” mundial sobre derechos humanos debe rechazar un enfoque selectivo de estos derechos. Los líderes mundiales no resultarán creíbles ni eficaces si no se enfrentan a sus dobles raseros y a sus propias manchas en sus expedientes de derechos humanos.

Nuestra primera petición en esta nueva campaña va dirigida a Estados Unidos y China. Estados Unidos no acepta la idea de derechos económicos, sociales y culturales y China no respeta los derechos civiles y políticos. Ambos gobiernos deben suscribir todos los derechos humanos para todas las personas.

Las soluciones a los problemas mundiales deben basarse en valores mundiales de derechos humanos. Y los máximos líderes mundiales deben comenzar dando ejemplo."

DATOS Y CIFRAS DEL INFORME 2009





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