viernes, 18 de septiembre de 2009

El drama de la inmigración

Hace unos días descubrí de casualidad un interesante reportaje sobre la historia de unos 50 hombres de la India que llevan 2 años esperando en Ceuta a que España les diga si les deja pasar a la península o los deporta a su país de origen. Han estado en el centro de internamiento para extranjeros varios meses. Para quien no lo sepa estos centros son cárceles donde recluyen a las personas que no están legales en nuestro país, con el único delito de no tener papeles. Centros que están en unas condiciones lamentables, donde los internos están hacinados y en muchos casos reciben un trato inhumano, véase el caso del CIE de Málaga donde algunos policías obligaban a algunas internas a tener relaciones sexuales, entre muchos otros incidentes.
Las historias personales de cada uno de ellos no salen casi reflejadas pero la mayoría tienen un patrón común y es el de escapar de la pobreza para dar a sus familias y a ellos mismos un futuro mejor, un futuro que no tienen en esos sitios de donde vienen. Explican como tras un camino infernal donde tuvieron que beber orina, comer casi tierra, y ver atrocidades varias pudieron llegar a Ceuta.
Cuando hay personas que no entienden la inmigración, que no les gusta o no la quieren yo me pregunto si se han planteado alguna vez en qué condiciones esas personas hacen esos viajes, a veces de muerte y sin retorno, y sobre todo por qué lo hacen. Nadie quiere estar lejos de su tierra y de los suyos por obligación, porque no te queda más remedio. Las historias de los desahuciados del mundo es siempre un camino no feliz, donde las tragedias abundan y donde el dolor y sufrimiento es la parte más común de estos viajes y todo su proceso.
Aún recuerdo cuando me contaban la experiencia de un chico nigeriano en su camino hasta Málaga. Partió de su pueblo con casi lo puesto y varios amigos, tras varios meses de viaje en unas condiciones lamentables llegaron al desierto donde fueron asaltados y algunos de ellos asesinados.Este chico salvó la vida haciéndose el muerto debajo de un amigo suyo que sí lo estaba. Para luego terminar de arriesgar su vida metiéndose en una patera que lo dejó en las costas andaluzas. Meses de trabajo sin parar para poder pagar su plaza en la embarcación. Son viajes que desde sus pueblos hasta su destino con suerte duran meses, pero lo normal es que duren incluso un año o dos.
Son personas que huyen de la pobreza, de la guerra, de la corrupción, de la persecución, del cambio climático que deja sus tierras sin nada que cultivar o comer, cambio climático provocado por los países "ricos". Son los hijos e hijas de las "ex"-colonias europeas, estadounidenses y demás países que con el ansia de más, acumular más y sobre todo ganar más hicieron y deshicieron sin importarles el precio. Recursos naturales esquilmados, personas esclavizadas, nada importa si la recompensa es el dinero y el poder a toda costa.
Todo el mundo tiene derecho a ser feliz, a buscar la felicidad para sí y para los suyos. Y no es nada justo que medio mundo viva con unas comodidades extraordinarias gracias a la miseria de la otra mitad del mundo, porque aunque no lo sepamos, no lo queramos saber y cambiemos de tema, nuestro bienestar es a costa de mucho sufrimiento, muerte e injusticia para con muchísimas personas.
Yo no quiero eso, no quiero ese mundo. Y sobre todo no quiero que si esas personas vienen a el que dícese es mi país, eso de las nacionalidades cada vez lo entiendo menos, se les nieguen los derechos básicos fundamentales como es la sanidad y la educación, como parece que va a suceder con la nueva reforma de la ley de extranjería en la que si una persona está de forma "ilegal" no tendrá cobertura social. ¿Acaso queremos ver el drama que se ve en países como Estados Unidos, donde si una persona no tiene papeles o dinero se le deja morir o sufrir de dolor a las puertas de los centros de salud y hospitales?
Creo recordar que Indira Gandhi dijo hace décadas que la tercera guerra mundial estaba muy cerca y que no sería de unos países contra otros, vendría de la sublevación de los más pobres hacia los más ricos.
Del reclamo de los más pobres de lo que es suyo, que no es más que las mismas oportunidades, los mismos derechos, de tener la oportunidad del bienestar y la felicidad. Porque básicamente todo el mundo persigue lo mismo en esta vida y todo el mundo debería tener la misma oportunidad de conseguirlo.

2 comentarios:

lille skvat dijo...

Acabo de descubrir tu blog al ver que Facebook me lo recomendaba por tener temas comunes y tengo que aplaudir tu entrada. Ningún ser humano es ilegal.

Me hago tu seguidora :-)

Saludos,

Lille Skvat
http://lilleskvat.blogspot.com/

Nur dijo...

Muchas gracias por haberme encontrado y yo también me hago seguidora de tu blog, que está muy bien.

Saludos!!