martes, 1 de diciembre de 2009

El VIH-SIDA: Es cosa de todos y todas.

Como cada 1 de diciembre el mundo entero conmemora la lucha contra esta enfermedad. No se trata sólo de poner de relieve a la enfermedad en sí sino también a las personas infectadas, su lucha diaria, su discriminación e invisibilización. Aunque ya haya noticias sobre el descubrimiento de tratamientos que permiten la cronificación de la enfermedad, no hay que bajar la guardia ya que aunque pueda llegar a ser una enfermedad crónica sus efectos siguen siendo en la salud de quienes la padecen bastante importantes.

Hay que dejar de estigmatizar a quienes la padecen, son personas enfermas nada más (y nada menos). Aunque hay quienes ,quiero pensar que por desconocimiento, las califican y catalogan de poco más que apestados. Recuerdo de pequeña en mi centro de salud cómo la limpiadora tras levantarse un chico que se sentaba al lado mía se apresuró a limpiar el asiento con alcohol y no sé qué más, diciéndome al tiempo que no me sentara allí. El chico era por lo visto un toxicómano del barrio y sabido por todos, según me explicó mi madre, que tenía la enfermedad. Por supuesto mi madre me explicó y ninguna tuvo miedo a sentarse allí. Eso fue hace muchos años pero hoy día sigue pasando igual, y es por ello que hay que seguir luchando por romper con leyendas urbanas, estereotipos y la falta de información de la gente para que quienes padecen el VIH-SIDA no tengan que preocuparse por nada más que su enfermedad y estar lo mejor posible.
Para eso como siempre hay que educar, concienciar y sensibilizar, cosa que empieza en la casa de cada persona, así como en centros educativos, laborales, administraciones, etc.

Y por supuesto seguir insistiendo en la prevención. Prevención que nos incluye a todo el mundo, da igual qué sexo tengas o con quién lo tengas, siempre has de protegerte. Jóvenes, mayores, de una raza u otra, de una orientación sexual y/o género u otro, si estás en pareja o sólo/a...siempre hay que protegerse. Porque quien baja la guardia corre el riesgo,no sólo en el tema sexual ya que también hay muchas otras formas de contagiarse como les ocurre a toxicómanos/as con el intercambio de materiales.

Tampoco me quiero olvidar de los olvidados. Porque aunque suene duro los seropositivos de los países desarrollados son unos y unas privilegiados/as. Millones de personas en países en desarrollo no tienen acceso a los retrovirales y las medicaciones necesarias para hacer frente a dicha enfermedad, sentenciándose a muerte en un tiempo breve y en unas condiciones lamentables. En esto tiene mucho que decir el negocio poco ético de las farmacéuticas que impiden que ciertos medicamentos sean genéricos y puedan ser adquiridos a un precio más asequible por ciertos gobiernos y la cuidadanía.
Por otro lado estos países tampoco tienen acceso a la adquisición de métodos deprevención como los preservativos, también gracias a las campañas de muerte que la jerarquía católica hace en estas zonas cuando dice que usar el preservativo es un pecado.

Por último, y para mí lo más importante, las víctimas más inocentes de la enfermedad como son los niños y las niñas. La mayoría de la infancia contagiada menor de 15 años ha contraído la enfermedad por transmisión madre-hijo/a. Además en este año que va a comenzar habrá unos 25 millones de niños y niñas huérfanos de padre y/o madre a causa de la enfermedad.
Según UNICEF, TODOS LOS DÍAS:

• Se producen cerca de 1.800 infecciones por VIH entre los niños y niñas menores de 15 años, la mayoría debidas a la transmisión de madre a hijo.
• 1.400 niños y niñas menores de 15 años mueren debido a enfermedades relacionadas con el SIDA.
• Más de 6.000 jóvenes entre 15 y 24 años contraen el VIH.

El VHI-SIDA es algo que nos toca a todos y todas, porque cualquiera de nosotros y nosotras puede contagiarse. Y también es cosa de todos y todas el dejar de estigmatizar a quienes la padecen.


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